Narra _____:
Ayer estuve todo el día con Mari y Doña en casa, fue como esos "días de chicas" que hacíamos a los 16. Me contaron sus besos de la noche anterior. Mari me confesó que le gustaba Louis y Doña, bueno, Doña no confesó que le gustaba Zayn, pero se notaba.
Todos se estaban portando genial al ofrecerse a cuidarme, pero aún así estaba nerviosa y tenía miedo. Alex andaba por Mullingar con un arma.
Me desperté con el sonido de mi móvil. El corazón me dio un vuelco nada más ver quien me lo mandaba "Alex". Tenía miedo de abrirlo...
"Hola gatita, ¿cómo está el amor de mi vida? Siento no poder despertarte como una princesa se merece, pero sé que tus amigos te están protegiendo, ¿y tú? ¿Sabes que no se van a proteger para siempre? ¿Verdad?"
Pero, ¿que le pasa?, tengo miedo, un día me grita por teléfono amenazándome y al otro me dice buenos días...
Bajé corriendo las escaleras y le enseñé el mensaje a Doña y Mari.
-Tú no te preocupes ____, nosotros no te vamos a proteger toda la vida, pero porque no lo vamos a necesitar, vamos a meter a Alex en la cárcel, ya verás- Mari me decía eso mientras Doña daba vueltas por la habitación.
-¿Será hijo de puta? Este tío esta loco, le dieron de palizas en la cárcel que le ha afectado al cerebro. Seguro que la pistola que lleva ni es de verdad, que es de agua.
-Ya, Doña, tranquilízate, y tu, _____, ve a ducharte, vamos a visitar a tu hermano.
-Si Doña, enseguida bajo.
Estaba fatal, no sabía que iba a pasar, Alex era capaz de hacer de todo.
Me duché, me lavé el pelo y me hice una coleta alta. Llevaba una camisa vaquera larga sin mangas abierta, una camiseta azul marina debajo, a juego con unas converse altas, y un pantalón vaquero corto alto de cintura. Metí mi móvil, las llaves y el dinero en una mochila pequeña de cuero y me heché colonia. Cuando bajé las chicas estaban listas; Mari llevaba una camisa de color crema metida dentro de unos pantalones vaqueros cortos sujetos con un cinturón marrón a juego con una rebeca de punto larga, llevaba unas botas marrones del mismo color que el bolso y el pelo suelto; Doña iba con una camisa de cuadros azules y rojos remangada hasta los codos, unos vaqueros cortos y unas supra azules, sencilla, como siempre. Desayunamos juntas en la cocina y salimos hacia la casa de mi hermano en mi coche, al poco tiempo estábamos allí.
Entramos al salón y nos sentamos con él y su mujer.
-Los chicos nos llamaron ayer desde la casa de Liam para contármelo todo. Me parece muy bien que queráis proteger a _____, pero no creo que con vosotros sea suficiente, así que he contratado a dos guarda espaldas para que no se separen de ti en ningún momento del día. También he contratado a unos detectives privado para que busquen a Alex y le metan en la cárcel cuanto antes.
-Sera, muchas gracias, pero esto te debe haber costado muchísimo, que yo viniera a Mullingar te está saliendo muy caro, nunca debí haber aceptado, la casa, los guarda espaldas, el detective...
-____, querida, no digas eso, tu hermano y yo estamos encantado de que hallas venido, todo esto es culpa de ese tal Alex. No te preocupes mi amor, no te va a pasar nada- Andrea se acercó a mi y me abrazó, era realmente dulce. Mari, Doña y mi hermano se unieron al abrazo, y al poco tiempo me abrazaba hasta el perro. Doña y yo estuvimos jugando con Iris y Wanda en el jardín mientras Mari y Andrea cocinaban y mi hermano le explicaba a los guarda espaldas, que llegaron hace poco, todo lo que tenían que hacer. Comimos todos juntos, y a mi me sentaron entre los dos guarda espaldas. Esto me incomodaba, no me acostumbraba a tener dos armarios vestidos de negro pegados a mi.
-Em, a ver, una pregunta, si ellos- dije señalando a los armarios (así los había bautizado)- van a estar todo el día junto a mi... ¿Van a vivir en nuestra casa?
-Si- dijo mi hermano.
-Ahh, y... ¿Donde van a dormir? Porque solo hay tres camas.
-Pues, uno en el sofá, y una de las chicas tiene que dormir contigo para que uno de ellos duerma en su habitación
-Mari te toca- dijo corriendo Doña
-Agh, vale, por no discutir, pero porque así no te oiré roncar, que ni la pared puede retener esos rugidos.
-¡No ronco!
-Ah, no, entonces tienes un Orco metido en tu habitación, ¿No?
-Orco tú.
-Vale, chicas ya, por favor- dijo Andrea
-Ah, y se me olvidó decirte, que a partir de ahora no irás en tu coche, si no en una furgoneta negra anti balas.
-Vale, guff, me cuesta creer que esto me pase a mi- dije poniendo los codos sobre la mesa y las manos cubriéndome la cara.
Al terminar de comer nos fuimos a mi casa y dejamos mi coche en el garaje de mi hermano.
Estábamos sentado en el sofá.
-Em, ¿cómo es llamáis? No habéis abierto la boca en todo el día, tenéis esa cara de besugos desde que os vimos.
-¡Doña! No seas así.
-No hace falta que habléis en inglés, somos de Madrid. Yo soy Marco y él Carlos- tenía una voz muy grave. Marco tenía el pelo rubio y Carlos castaño, era lo único que les diferenciaba, porque por lo demás eran iguales. Tenían pinta de vivir por y para el gimnasio. Nos pasamos la tarde viendo películas en el salón comiendo palomitas, menos yo, que no comí, no tenía hambre con esto de Alex. Cenamos una ensalada y nos acostamos como dijimos: Marco en el sofá, Carlos en el cuarto de Mari y ella en el mío. A media noche me desperté, no podría dormir, así que salí al balcón y me tumbé en la amaca. Niall estaba en su balcón, ¿qué hacia allí?
-Oh, hola ____.
-Niall, ¿que haces aquí fuera?
-Quería hablar contigo, como las otras noches, pero al salir no te vi, así que decidí enviarte un mensaje, pero me he dado cuenta de que en estas tres semanas no te he pedido tu número, entonces pensé en tirarte piedras a la ventana, pero no me escuchaste, así que decidí dormir fuera por si salías.
-Muy bonita historia, pero mejor te doy mi número para que no vuelva a pasar- le di mi número y lo apuntó.
-Y, ¿que tal?
-Pues nada, me he despertado con un mensaje un tanto extraño de Alex, hemos ido a casa de mi hermano, nos ha dicho que le contasteis todo ayer, ha contratado a unos guarda espaldas que parecen armarios, también a un detective, y ahora tengo que dormir en la misma cama que Mari, pero nada fuera de lo normal.
-No hace falta que seas tan sarcástica.
-Lo siento Niall, pero llevo un día muy raro, no quise ser así, lo siento.
-____, tu tranquila, no vas a pasar por esto sola, y por Alex no te preocupes, en nada lo encarcelan- Niall saltó su balcón y me abrazo, sus abrazos eran mágicos, pero algo nos interrumpió, mi móvil sonó, era un mensaje de Alex, Niall lo leyó conmigo.
"No m van a detener dos tipos de negro, lo sabes. Por tu culpa ahora duermo en el frío suelo de la calle, pero al parecer tu te mantienes bien caliente con los abrazos de ese rubio de bote, ¿ya me has sustituido _____? Eres rápida. Que duermas bien mi ángel, recuerda que tengo una pistola"
Al acabar miramos a todos lados, pero no vimos a nadie.
-Niall, de verdad que tengo muchísimo miedo, puede hacerte algo por estar cerca de mi y no quiero, oh dios, es capaz de hacer cualquier cosa, yo... Yo... Tengo miedo Niall.- me senté en el suelo del balcón y escondí mi cabeza entre mis piernas, las cuales sujetaba con mis brazos.
-_____, tranquila, no nos hará nada, tranquila, ven, duerme conmigo en mi cama- le miré extrañada- ¡no me mires así, no pienses mal!- me reí y le cogí la mano. Le dejé una nota a Mari, diciéndole que estaba en casa de Niall y que no se dieran cuenta los "Armarios", volvería por la mañana.
-Acuéstate, Yo dormiré el sofá- dijo señalando un sillón blanco que había en una esquina de la habitación.
-No, duerme conmigo, hay sitio.
-¿Quieres?
-Claro, somos amigos- se tumbó en un lado y yo en otro.
-Buenas noches Niall- dije dándole un beso en la mejilla-gracias- dije deja de su oído, y me recosté en su pecho.
-Buenas noches ____- me dormí mientras Niall me acariciaba el pelo, eso me tranquilizaba.